Jean de la Foye fue un radiestesista discípulo de Belizal que desarrolló distintos dispositivos para la detección y manipulación de las energías sutiles, sobre todo en el campo de las ondas forma. Al igual que Belizal realizó un gráfico para valorar a través del péndulo la vitalidad y honestidad de una persona, es solo para crear criterios de actuación, nunca debe ser utilizado para emitir, pues provocaría un retorno en el operador. Este radiestesista estaba muy influenciado por la kabala hebraica, por lo que utilizaba palabras y divisiones en base a este alfabeto, de hecho este grafico tiene la forma de la letra “yod”.
Se orienta el gráfico al norte en el grado 90, se sitúa el testigo en el círculo pequeño que queda a la derecha del círculo graduado. Se pone el péndulo en el centro y se deja que indique el valor adecuado. El péndulo debe ser neutro y tiene tres nudos que representa los tres niveles para poder separar una área de la otra en la medición, es decir, el aspecto físico, el vital y el espiritual que es el que está más cerca del péndulo; se sujeta por el nudo que corresponde al nivel que se desea explorar. Para afinar en la posición que indica el péndulo se va recorriendo el círculo grande con un puntero.
El círculo grande esta graduado del 0º al 270º, con el indicador de equilibrio en el 50º. Dividido en tres cuadrantes con un cuarto libre, cada uno indica un nivel:
De 0º al 90, es el campo vital, cuanto más cerca del 0º mayores son los problemas de salud, el equilibrio está en el 50º, aunque es posible tener niveles más altos dentro de este cuadrante.
Del 90º al 270º es el campo espiritual. Este semicírculo se divide en dos partes, del 90º al 180º es el sector de la mentira y las personas que están en estos grados no son dignas de mucha confianza. Desde el 180º al 270º el individuo es de mayor confianza.
Para valorar la inteligencia de una persona se pone la palabra hebrea “or” (luz) en el norte del gráfico y se interroga al péndulo. Una inteligencia media está en 80º y 90º, más allá de 120º indicará una inteligencia aguda.
Jean de la Foye hizo muchas aportaciones a la radiestesia, como el péndulo hebreo y el disco ecuatorial, siendo de obligada lectura su libro “Ondas de Vida, Ondas de Muerte”. Si bien tiene un cierto acercamiento a lo esotérico o mágico, su apreciación es desde el concepto de que determinados gráficos (incluida las letras hebreas) tienen un efecto como onda forma.