El Vivaxis

En el momento del nacimiento de todo ser vivo se crea un vínculo entre su propio campo energético y el lugar en el que nace, este enlace permanece a pesar de la distancia a la que se encuentre de dicho punto físico. Vivaxis significa “el eje de la vida” y la reconexión con estos “ejes” aporta beneficios a la salud y vitalidad del individuo, está referido a los campos de energía personales y no tiene que ver con ningún aspecto “astral” sino puramente físico y energético. La investigadora canadiense de fenómenos magnéticos Frances Nixon fue quien descubrió este fenómeno y acuñó el término “Vivaxis”, siendo apoyada por investigadores de la Universidad de Stanford como William Tiller y otros físicos que confirmaron sus trabajos. La reconexión con el Vivaxis personal hizo recuperar vitalidad en personas con enfermedades debilitantes.


Para entender bien este concepto hay que partir de la consideración del planeta Tierra como un ser vivo sometido a diversos tipos de energía externas, tales como los otros planetas y todo tipo de fuerzas cósmicas que repercuten en él como en todos los que están conectados a éste o bajo su influencia. Los humanos mantenemos esa unión como motor de equilibrio y vitalidad captado a través de los chakras, algunos meridianos de acupuntura y otros  mecanismos internos; pero a causa de los tóxicos, la contaminación química y radioeléctrica se puede descompensar causando enfermedades que tienen que ver con la propia vitalidad. Esta conexión con nuestros ejes vitales puede ser restablecida con cierto tipo de ejercicios. 

Al nacer se crea un flujo de energía magnética de doble vía única con el punto geofísico de donde nace, este punto energético esférico giratorio se crea de forma permanente, incluso aunque se esté distante del lugar este vínculo se mantiene. Independientemente de donde se encuentre la persona hay una especie de cordón umbilical con el origen de la vida. La tierra forma una red de energía masiva que viaja tanto horizontalmente como verticalmente, que cuando el feto es sometido a estas fuerzas se crea un punto o eje común. El feto queda magnetizado a ese punto exacto geofísico y un patrón de  alineamiento magnético se establece en la estructura atómica de los huesos. Se puede considerar que este punto o esfera energética permanente, aproximadamente del mismo tamaño que el feto al nacer, es un generador energético personal; pero esta conexión va en doble dirección, pues lo que afecta al individuo también es recibido por el Vivaxis. Todo lo que ocurre a la persona a nivel físico, emocional y mental es recibido por el Vivaxis a través de la alineación magnética existente en los huesos. De algún modo es un intercambiador de energías, entre las del propio individuo y las del punto Vivaxis que recoge de las profundidades de la Tierra y las influencias cósmicas. Una mala conexión con el propio punto Vivaxis causará distintos tipos de enfermedades, mientras que una buena conexión dará vitalidad y proporcionará salud. 

Hay dos flujos o bandas de fuerzas que conforman en Vivaxis, interior y exterior a la persona en torno al cuerpo similar al aura o bioplasma, una la compuesta por las “gravitacionales” y otra compuesta por las distintas frecuencias que componen la banda  “magnética”. Si el individuo se encuentra en una superficie por debajo de su Vivaxis, la banda interior será la del grupo magnético, mientras que la exterior la de la banda gravitacional; por el contrario si el sujeto se encuentra por encima de su Vivaxis se invierten de tal modo que la banda magnética es exterior y la gravitacional interior. 

Nixon recomendaba antes de alinearse con el Vivaxis propio neutralizar la energías con un ejercicio que ella denominaba “el acordeón”.  En un lugar tranquilo, con los pies descalzos en contacto con el suelo, erguido, se ponen las palmas de las manos una frente a la otra, se unen los dedos a los dedos y se aprieta con fuerza dentro y fuera; al mismo tiempo los pies están unidos por los talones uno con otro, los tobillos y los dedos gordos de los pies, formando un circuito. Se realiza durante unos minutos.

Antes de empezar con el ejercicio realineación con el punto Vivaxis, se debe saber si se está por encima o por debajo de él, para ello basta con averiguar la altitud del lugar de nacimiento y la del lugar actual. 

La energía fluye desde el Vivaxis hacia la persona por la mano y pie izquierdo, saliendo hacia el Vivaxis por nuestra mano y pie derecho tras atravesar la espalda. La energía desde el Vivaxis se desplaza en vertical y luego en horizontal hasta llegar al pie y mano del individuo. Si se está por encima del Vivaxis se recibirá la energía a través del índice izquierdo, si se está por debajo se recibirá la energía por el dedo anular de la misma mano.

Para sintonizar con el Vivaxis es necesario no llevar joyas, gafas, lentillas o nada metálico, así como que la ropa este a cierta distancia del cuerpo, por lo que es mejor estar desnudo. El lugar debe ser tranquilo, se ha de haber dejado pasar unos 20 minutos después de comer y no se debe estar en periodo de tres días de la luna nueva o llena. Se debe mirar hacia la posición del Vivaxis por lo que es conveniente el uso de una brújula. Cuando se gire se gira todo el cuerpo a la vez.

El mejor método para localizarlo es utilizar las varillas de zahorí, por lo que se va girando todo el cuerpo mientras se sostienen con ambas manos las varillas y se marcará o recordará el punto donde se cruzan. Dejar las varillas, y poniendo las palmas de las manos en los muslos intentar sentir un hormigueo o la sensación de que hay una energía que fluye. Se puede evocar un recuerdo de la infancia o una canción infantil, para comprobar que se tiene esa sensación energética y que ese es el punto correcto. Marca la dirección y su punto opuesto, así como los laterales a 90 grados. 

El método para canalizar la energía del Vivaxis es el denominado “cuatro cuatro”, que es el siguiente:

El suelo debe estar nivelado y  los pies descalzos con una distancia uno del otro de unos 30 cm, las palmas de las manos están pegadas a las piernas, la cabeza recta mirando hacia el Vivaxis. Con los ojos cerrados, respirar profundamente para eliminar cualquier contaminación de otro tipo de ondas.  Con la cabeza apuntando hacia el pecho, se va estirando hacia atrás todo lo posible hasta donde alcance el cuello, despacio, durante unos 8 segundos.



Abrir los ojos, girar lentamente 90 grados a la derecha (en el diagrama la posición 2), colocar los pies bien, cerrar los ojos e inclinar el cuello primero hacia abajo y después hacia atrás permaneciendo 8 segundos. Esto mismo se repetirá en las 8 posiciones. Ahora girar hasta la posición 3 que será la contraria al Vivaxis, repetir el ejercicio, se sentirá que el punto energético tira de desde la espalda. Girar a la posición 4, repetir el movimiento del cuello.  

Ahora que se está mirando al Vivaxis en la posición 5, se repite el ejercicio y  se cambia el sentido del giro que será contrario al de las agujas del reloj, girar a la posición 6 y hacer el ejercicio, luego en la posición 7, y finalmente la 8.  Estar un tiempo tomando consciencia del fluir de la energía propia con la energía inicial de nuestra manifestación física, es decir el Vivaxis.

Nota: Este texto está basado en gran parte en el de M. Carol Assa, llamado “Vivaxis - Brain Wave States”, pero con aportaciones tanto de otras fuentes como propias.