El cerebro registra una mayor actividad eléctrica en una frecuencia u otra dependiendo del estado mental en el que se encuentre la persona. Se mide en hertzios por segundo y fueron clasificadas por Hans Berger en 1924, por lo que a la onda Alfa se le llama “onda Berger”. Berger experimentó ya por entonces lo contrario; inducir que el cerebro se amoldase a la frecuencia que circulaba entre dos placas metálicas puestas a los lados de la cabeza. Mediante impulsos luminosos, electromagnéticos, eléctricos o con la propia consciencia del estado se puede cambiar de un ritmo a otro y consecuentemente de un estado de consciencia a otro.
Cuando se es consciente en qué estado es en el que el cerebro está funcionando a través del electroencefalograma que emite un pitido o un impulso luminoso en cada ciclo, a través de la respiración y la interiorización, se puede bajar el ritmo y el estado mental; esta técnica es conocida como “biofeedback” o “retroalimentación”.
La “electro estimulación extra craneal” experimentada por los soviéticos en los años cincuenta del siglo XX consiste en poner unos electrodos, por ejemplo un pequeño disco de cobre forrado en material aislante y humedecido con agua salada, situándolo debajo de la oreja pegado a la piel, haciendo circular una leve corriente a la frecuencia deseada durante quince minutos. Suele producir una sensación de euforia inicial que desaparece tras detener los impulsos eléctricos.
La “estimulación por radiación de frecuencias eléctricas” también conocida como ondas de extremada baja frecuencia, (en inglés corresponde a las singlas ELF), consiste en una antena o emisor de la frecuencia eléctrica que se desea inducir en la persona en su proximidad, del generador de frecuencia se conduce el impulso a una antena, bobina con núcleo de ferrita o similar. La llamada ELF ha sido experimentada por ambos bloques durante la guerra fría, actualmente hay muchos aparatos comerciales de pequeño tamaño que inducen frecuencias relacionadas con los estados de relajación, sueño o la frecuencia de la Tierra o frecuencias Schumann. Se puede emitir a través de una bobina de frecuencias fijas o variables similar a una emisora de radio, siendo muy interesante la versión de un cristal con una bobina o incluso a su vez en una orgonita; a este montaje se le denomina en inglés “succor punch”, lo que podemos traducir como “golpe auxiliar”, son muy utilizados en radiónica y psiónica como elemento auxiliar por separado o en conjunto con un generador de impulsos.
A través de “impulsos luminosos” con unas gafas con led que se activan mediante un generador de frecuencias, ya sea analógico con frecuencias variables o prefijadas, o también digitales con múltiples programas o secuencias distintas (los conocidos como “megabrain”) cada fabricante defiende su propio diseño de acuerdo a sus experiencias. Los led en las gafas pueden ser uno o cuatro de distintos colores, el modelo original era de un solo led rojo por ojo, algunos actuales llevan cuatro que parpadean a distinto ritmo; durante el parpadeo los ojos deben estar cerrados y no se suele utilizar el color azul por las dudas sobre el daño o perjuicio a los ojos que las sustancias con las que están fabricados pudieran producir.
Las ondas cerebrales según sus frecuencias se clasifican en cuatro:
Onda Delta (de 0,2 Hz a 3,5 Hz): Son las ondas que afloran en el sueño profundo y durante la hipnosis, en donde el lado derecho del cerebro toma el control por completo de la mente. Está presente en la segunda y tercera etapa del sueño, donde no se producen ensoñaciones y en la fase REM del sueño; lo tienen los recién nacidos hasta el año de edad. Experimentalmente se utiliza para hacer aflorar el contenido del inconsciente o para tomar consciencia del mismo, también se emplea para reducir la influencia del mundo consciente.
Onda Theta (de 3,5 Hz a 7,5 Hz): Es el estado de la meditación y relajación profunda, la asociación de ideas es más rápida, por lo que la creatividad se eleva dando lugar a grandes visiones y genialidades. Es un estado que aparece durante la anestesia, con un cierto adormecimiento, pero con la consciencia todavía operativa. Hay un contacto activo con el inconsciente, pero se recuerda o se mantiene un estado de semi-consciencia. Cuando se despierta de un sueño profundo se puede mantener este estado hasta 15 minutos después.
Onda Alfa (de 7,5 Hz a 13 Hz): Se incrementan este tipo de ondas de actividad cerebral cuando se mantiene la conciencia pero se conserva cierta conexión con el inconsciente, es el estado puente entre un aspecto y otro de la psiquis. Los procesos de resolución de problemas creativos, de inspiración, sentimientos místicos y de desarrollos originales surgen en este estado. Se está relajado, pero concentrado, el aprendizaje es más rápido y la auto-observación más intensa en este estado, es la mente positiva que resuelve intelectual y emocionalmente. Es un estado muy apropiado para propiciar la meditación, la resolución creativa y el súper aprendizaje. Al entrar en el sueño normal, la persona pasa del estado “beta” al “alfa”, pero de este da paso rápidamente a un estado dominado ondas “theta”.
Onda Beta (de 13 Hz a 28 Hz): Es el estado normal despierto, en donde se tiene atención hacia el mundo exterior. Cuando se resuelven problemas o se está en alerta ante una nueva situación es cuando afloran estas ondas. Más allá de los 30 Hz no se conocen experimentalmente efectos sobre la consciencia.