Comenzó sus estudios de biología en la Universidad de Saskatchewan, Canadá, donde obtuvo la Licenciatura además del grado de Maestra en Artes. Tras dos años de estudio en la Universidad de McGill, realizó estudios de biofísica y de la fisiología celular en la Universidad de Minnesota, donde recibió el doctorado en 1958. Su tesis doctoral se titulaba: “A study of the ion balance of crayfish muscle; evidence for two compartments of cellular potassium”. Trabajó en investigaciones del gobierno hasta que en 1979, empezó consultas privadas, desarrollando sus propias investigaciones. Sufrió todo tipo de demandas por fraude, tanto desde el ámbito oficial como por parte incluso de algunos naturópatas, por lo que en el 2002 decidió trasladarse a Méjico y crear allí una clínica privada donde continúo hasta su muerte tratando pacientes, escribiendo libros e investigando; la clínica denominada “Century Nutrition Clinic”, solo admitía pacientes con cáncer terminal. Su hijo Geoff continua con la propiedad de la tienda de auto curación en la que se venden los instrumentos ideados por Hulda y publicando sus libros. Entre los libros que escribió destacan: “The Cure of All Cancers”, “The Cure for HIV/AIDS” y “The Cure For All Diseases”.
La doctora Cark fue considerada una de las mayores expertas mundiales en fisiología celular, llegando a la conclusión tras sus muchos años de investigación, que las causas de todas las enfermedades son los parásitos que todos los organismos tienen. En situación normal, estos parásitos en su fase inicial son eliminados por el cuerpo, pero cuando hay una abundancia de tóxicos, estos microorganismos eclosionan antes de ser expulsados y causan la enfermedad. Un exceso acumulado de sustancias toxicas en el organismo provocan la aparición de enfermedades en los órganos donde hay mayor concentración. Las sustancias que debilitan el sistema inmunológico provienen de los alimentos industriales, los refrescos, el agua embotellada; así mismo algunos productos de limpieza e higiene personal que se absorben por la piel, exceso de benceno o del alcohol isopropílico aceleran la maduración de los huevos de los parásitos, que al eclosionar desencadenan la enfermedad. Ideó para combatir los parásitos del cuerpo un sistema conocido como “zapper”, que genera una corriente eléctrica de baja intensidad pero de una frecuencia de entre 20 Khz. a 40 Khz. de onda cuadrada positiva; otros dispositivos posteriores de otros investigadores tienen otro rango de frecuencia y su onda es cuadrada pero con ciclos positivos y negativos. Este tratamiento no tiene efectos secundarios y no es incompatible con ningún otro procedimiento terapéutico.
El “sincrómetro” es el instrumento de su invención en el que la doctora Clark basó todas sus investigaciones. Este instrumento detecta la resonancia entre dos productos, por un lado la saliva de un paciente comparándola con distintas sustancias toxicas, de este modo cuando se producía un sonido al ajustar el instrumento se sabía la presencia de dicha sustancia en el organismo, constituyendo por sí mismo un tipo de test. Algunos instrumentos radiónicos tienen un funcionamiento similar.
