El organismo a causa de los diversos agentes externos pierde su equilibrio eléctrico a nivel celular ocasionando numerosas enfermedades y trastornos vitales. Las cargas eléctricas positivas y negativas que interactúan en el organismo son fundamentales para el bienestar físico y psicológico, si hay una excesiva positivación de la electricidad de las células, una ionización positiva, es cuando se producen las enfermedades y dolencias. Charles Laville ideó un instrumento que permite restablecer las cargas negativas que las células van perdiendo, por aplicación de la negativación eléctrica, es el “electropulsator”. La negativación eléctrica no cura directamente las enfermedades, sino que origina el equilibrio necesario para un mejor rendimiento celular.
Los efectos negativos de una excesiva positivación sobre la salud se manifiestan como fatiga crónica, nerviosismo, ansiedad, palpitaciones, insomnio, migrañas, irritabilidad, problemas respiratorios, asma, problemas de circulación y cardiacos, mala estabilidad en la tensión arterial, reumatismo, rapidez en los procesos de cicatrización de heridas…. La contaminación atmosférica, eléctrica, la excesiva exposición a radiofrecuencias, así como los malos hábitos alimenticios, el alcohol, el tabaco, la ingestas de tóxicos en general, crean una híperpositivación de las cargas eléctricas del organismo que desencadenan la enfermedad.
El electropulsator ayuda a mejorar la salud, pues no cura directamente, sino que remueve las células del cuerpo para restablecer su equilibrio natural, por la aportación de cargas eléctricas negativas pulsadas. Al aportar cargas negativas a las células, se origina un efecto regenerativo y revitalizante del organismo. No se han descritos efectos negativos, pero se recomienda seguir siempre el tratamiento médico prescrito por el facultativo y no someterse a tratamiento con carga eléctrica negativa si se está embarazada o se porta un marca pasos. La ciencia oficial no reconoce ningún efecto en los tratamientos con la negativación eléctrica, a pesar que el uso de instrumentos eléctricos para calmar dolores y algunos trastornos es cada vez más generalizado.
El electropulsator puede utilizarse para trastornos crónicos como para dolores localizados. Para la regeneración celular y los tratamientos a largo plazo se utiliza un cilindro que se mantiene durante un periodo en la mano derecha o izquierda, o alternándose de una a otra a lo largo de la sesión. Para el tratamiento de una zona dolorida o de una cicatriz, se puede adaptar un electrodo flexible a la salida de la carga negativa.
Descripción del instrumento:
En frontal dispone de una pantalla digital que permite ver la frecuencia a la que se están aportando las cargas negativas. Un interruptor con tres posiciones: la primera posición hace que la frecuencia sea fija, que aparecerá reflejada en la pantalla, aunque puede darse una pequeña fluctuación; la segunda posición o central mostrará en la pantalla el 0, pues no da ninguna salida de frecuencia. La tercera posición, permite variar la frecuencia con el mando giratorio, que se encuentra bajo el interruptor. El mando giratorio, permite variar la frecuencia, que se mostrará en la pantalla. La elección de la frecuencia para el tratamiento puede ser seleccionada con la ayuda del auricular y por el procedimiento que más adelante se describe.
En el lateral izquierdo, hay una clavija de salida para el electrodo que viene incluido en el equipamiento, pudiéndose incorporar otro tipos de electrodos de los existentes comercialmente para instrumentos de tratamiento del dolor. El electrodo cilíndrico de acero inoxidable que se proporciona con el instrumento se sujeta con una de las manos durante la sesión de tratamiento.
En el lateral superior se tiene un interruptor de encendido, un pulsador rojo, una clavija de conexión al auricular y un led rojo indicativo del funcionamiento. El pulsador rojo permite desconectar y conectar la pantalla de visualización de la frecuencia, con el fin de ahorrar batería.
El equipo es alimentado con una batería de 9 voltios estándar, preferentemente del tipo salina.
Tratamiento:
Para tratamiento de patologías crónicas se recomiendan sesiones de 15 o 20 minutos 4 o 5 veces por semana, en algunos casos es aconsejable que cada sesión alcance incluso la hora. Para un mantenimiento general o regeneración, se emplean sesiones de una hora, tres o cuatro veces al año.
El paciente que recibe el tratamiento se encuentra sentado o echado relajadamente, sosteniendo el electrodo con la mano derecha o izquierda, aunque a mitad de sesión se puede cambiar de mano. Cuando se trata un dolor localizado o una cicatriz, se pone el electrodo adecuado en la posición oportuna. En algunos tratamientos o para intensificar la acción es conveniente que el sujeto esté con los pies descalzos tocando el suelo o por ejemplo sosteniendo un cable de toma tierra.
La frecuencia de tratamiento que recomendaba Charles Laville es una fija, aunque se puede ajustar manualmente con ayuda del auricular. Para la fija el interruptor de la parte frontal se sitúa en la primera posición para ir variando la frecuencia con el mando giratorio, se pone en la tercera posición el interruptor (la pantalla mostrará una marcación), se va girando lentamente desde la izquierda a la derecha. Mientras el sujeto sostiene el electrodo en su mano, se va moviendo con lentitud el mando giratorio, escuchando a través de auricular se apreciará un zumbido, que en un determinado momento hará una especie de chisporroteo particular constante, que no se encuentra ni por debajo ni por encima de ese punto. Es recomendable acostumbrarse a detectar ese punto exacto, practicando durante unos minutos, aunque este método de ajuste requiere de ir haciéndolo cada 5 minutos durante la sesión de tratamiento y depende mucho de la sensibilidad del terapeuta. En caso de duda o de no encontrar el punto exacto de ajuste se recomienda aplicar la función fija.