El “pulso Lilly” u “onda de Lilly” es un impulso bidireccional equilibrado que cuando se aplica eléctricamente sobre el cerebro, no daña el tejido del mismo ni en a nivel térmico, ni a nivel electrolítico y tampoco genera fatiga; pero sin embargo induce la frecuencia deseada. Fue ideada esta técnica por el neurólogo John Cunningham Lilly (1915-2001) fruto de sus estudios con los defines. En su concepción de la teoría de la metaprogramación del bioprogramador humano y de la consciencia individual en red con la consciencia planetaria, la onda que lleva su nombre era empleada para modificar la programación inicial a nivel neuronal.
Cuando se ha de estimular eléctricamente el cerebro durante mucho tiempo con impulsos para modificar su funcionamiento, las neuronas pueden dañarse debido a que sobrepase su temperatura o porque afecte a su funcionamiento iónico. Lilly ideó una forma de impulso que no produce efectos negativos sobre el cerebro y es apto para portar el efecto deseado. Es una onda que va primero en una dirección y tras un breve espacio de tiempo en otra, de ese modo los iones de las neuronas se mueven primero en una dirección y luego rápidamente en otra, quedando en su posición inicial, pero en la frecuencia deseada. La duración del impulso es de 34 microsegundos positivos y 28 microsegundos del impulso negativo, en el 2 por ciento de su pico. Su forma es casi cuadrangular con cierta curvatura.
Se desarrolló para estimular el cerebro de animales con electrodos implantados durante muchas horas, días o meses. Actualmente este tipo de pulso se utiliza en neuroprótesi, como en el implante coclear que hacen que escuchen sonido persona con sordera profunda. En la estimulación del cerebro es útil pues como se ha indicado anteriormente no produce alteraciones negativas en la neuronas, al contrario que la onda cuadrada o sinodal que usadas intensivamente produce efectos negativos sobre el equilibrio iónico neuronal. Este tipo de pulso es efectivo ya sea utilizando estimulación eléctrica directa, a través de ultrasonidos, de sonidos directos, o impulsos electromagnéticos y otro tipo de estímulos. El ruido blanco y el rosa pueden neutralizar las ondas Lilly.
El inventor del “neurófono” Patrick Flanagan creía que el gobierno de Estados Unidos y de otra potencias inducían estados de ánimo en la población de forma masiva a través de la red eléctrica y otros medios de propagación electromagnética utilizando la onda Lilly.