Albert Abrams

Fue un médico muy importante en su época, con él se inicia la historia de la radiónica tal y como la conocemos, su trabajo pionero en su momento y ahora tachado de charlatanería por la ciencia oficial todavía está por ser entendido adecuadamente. La palabra “radiónica” se debe al francés Alexis Timoteo Bouly en 1930, quien inicia el concepto y el camino a seguir es Abrams. A menudo se entiende el descubrimiento de la llamada “reacción eléctrica de Abrams” (“E.R.A.”, por sus singlas en inglés), como una excusa para la comercialización de máquinas carísimas; sin embargo hay que entender los motivos que a un médico con el prestigio de éste le lleva a ponerse del lado de lo que parece imposible y le expone a escarnio público.

Nació en San Francisco el 5 de diciembre de 1863 y murió en su ciudad natal en 1924. Hijo de una acomodada familia judía, fue enviado a estudiar medicina de adolescente al Colegio Médico de San Francisco, terminando sus estudios con apenas 18 años; declarando que tenía 21 años, ingresa en la Universidad de Heidelberg en Alemania. Acabados sus estudios allí, sigue su post grado en distintas facultades europeas como Londres, París, Viena y Berlín, bajo la dirección de las mentes medicas más importantes de la época. En 1883, ya de vuelta a su ciudad natal, convalida su título en el Cooper Medical College de la Leyland Stanford University; en 1885 es asistente en Patología, uniéndose a la Cátedra de Clínica Médica y Patológica, que le declara Profesor de Patología en 1894.  Más tarde es nombrado Director y Profesor de Patología Clínica Médica en la Universidad de San Francisco, hasta que lo deja en 1898. Contrae matrimonio en dos ocasiones, enviudando en ambos casos y sin descendencia, esto hace que Abrams se dedique con apasionamiento a la investigación. Llegó a ser Presidente de la Sociedad Médica de San Francisco y Vice-Presidente de la Sociedad Médica de California. Sus trabajos eran muy valorados y su prestigio solo hacia crecer hasta que se encontró con las radiación humana.

De la decena de libros sobre medicina que escribió, Abrams solo le dedica dos a la radiación humana, postulando sus propias teorías que nunca fueron reconocidas por sus colegas. El primer libro que trata de este tema es "Spondylotherapy; physio and pharmacotherapy and diagnostic methods based on a study of clinical physiology", de 1910, aunque es más interesante la reedición de 1918 que contiene un apéndice titulado "News concepts in diagnosis; the pradical application of the electronic therapy in the interpretation of disease", tomo que llega a las 1042 páginas. Este trabajo es sobre sobre medicina clásica y fisiología clínica, sobre todo se centra en los reflejos en la columna vertebral y como de los nervios que de ella emanan pueden tener efectos curativos, a esta teoría terapéutica la denominó “espondiloterapia”. El segundo libro sobre las radiaciones humanas es "News cóncepts in diagnosis and treatment" de 1916, en el expone sus teorías y estudios sobre la radiación humana; se puede considerar el texto fundacional de la radiónica. En ambos trabajos desarrolla la teoría eléctrica de los reflejos, y como la radiación humana puede ser conducida y empleada para diagnosticar, llamada por el “electrodiagnostico”. 

A partir de 1916 empieza a publicar una revista trimestral sobre sus descubrimientos e ideas, a partir de 1920 surgen distintas instituciones y publicaciones que desarrollan sus ideas y trabajos. Muere de una pulmonía repentinamente en 1924, deja una cantidad importante de dinero fruto de los derechos de los aparatos que desarrolló y comercializó. Poco antes de morir creo un hospital, que no llegó a terminarse a pesar de que él puso la primera piedra. A pesar de que la opinión actual es que Abrams solo fue un charlatán que hizo dinero a costa de la ingenuidad de la gente, hay que considerar que no necesitaba esto para mantener un alto nivel de vida y que su modo de ser austero es contradictorio con estas acusaciones.

Abrams creía que el ser humano estaba expuesto continuamente a radiaciones de la tierra y del universo en general, que no le afectaban si el individuo se encontraba en resonancia con ellas; el problema era la vibración en desarmonía. Consideraba que los componentes protoplasmáticos de los tejidos actuaban como detectores naturales de energía, lo que para él era patente en los reflejos que se apreciaban en las vísceras. Comprobó que la presión en las vértebras para producir estímulos podría ser suplantado por otras forma de energía, como por ejemplo los imanes. En el desarrollo de su investigación utilizó una barra imantada, dirigiendo uno de sus polos sobre la zona inferior del estómago y percutiendo en él hasta notar cambio en el tejido; si dirigía el polo norte la energía detectada era positiva, y si era el polo sur, negativa. La energía era neutra si el organismo no reaccionaba. Simultáneamente comprobó que cada órgano del cuerpo tenía una frecuencia y pensó que el organismo se podría entenderse como un magnetómetro, pues aplicando distintas frecuencias obtenía reacciones similares a la de la presión en las vértebras. Convencido de que cada enfermedad tenía una frecuencia específica, se lanzó a la búsqueda de un instrumento que pudiese medir la corriente del cuerpo, pero en su época los galvanómetros no eran muy sensibles y la radio estaba en sus principios, por lo que utilizó un instrumento similar que se conectaba al sujeto y que le permitía sintonizar determinadas frecuencias, expresando el valor vibratorio en ohmios; este instrumento rudimentario que desarrollaron los investigadores de su laboratorio en San Francisco lo denominó "Biodinamómetro" o "Reflexófono". 

El reflexófono estaba pensado para resistir hasta 20 voltios y 100 miliamperes, tenía un electrodo circular (de 11,5 cm) que se colocaba normalmente en el estómago y otro en forma de punta que se utilizaba para explorar las zonas, mientras se iba moviendo el cursor hasta que se notaba la reacción en el estómago. En el punto que desaparecía la reacción se le consideraba el punto de frecuencia de la enfermedad, Abrams empezó a tabular el instrumento y a hacer tablas de los “valores vibratorios” o “vibratory rate”. Este es el origen de los aparatos que más adelante construirá Abrams y su equipo, y que servirán tanto para el diagnóstico como para el tratamiento; todavía a los valores de una enfermedad en radiónica se le denomina en inglés “rates”. Más adelante como partía de la idea de que cada elemento tiene su frecuencia específica, llegó a la conclusión de que el paciente no era necesario y que era suficiente con una muestra de sangre o saliva; lo que desató todo tipo de críticas y descredito por parte de la profesión médica. A partir de este instrumento básico se desarrollaron otra serie de instrumentos, tanto por Abrams como por otros investigadores, en donde primero se sustituyó el sujeto enfermo por una muestra, luego el sujeto sano que mostraba los reflejos y que apoyaba sus pies sobre unas placas metálicas por una placa de rozamiento o detector táctil en vez de ir explorando el abdomen, se añadieron más diales y se fueron perfeccionando los métodos de detección.

El método original de Abrams consistía en ir golpeando la parte del abdomen con los dedos para apreciar qué sonido producía, determinando de este modo el estado de salud. Un día alguien encendió una máquina de rayos X y el sonido silenció, por lo que llego a la conclusión de que esa reacción dependía de las radiaciones de distinto tipo, pues esto solo sucedía cuando el paciente estaba en el eje Este-Oeste. El siguiente paso fue comprobar que mientras una persona sana sujetaba en la frente un tubo de cristal con muestra de un paciente enfermo se producía la misma nota que haciéndolo directamente con el doliente. A partir de ahí desarrollo Abrams un sistema de diagnóstico que consistía en una persona sana orientada Este/Oeste que tenía en la frente un cable que llegaba a una caja de resistencias, los pies los tenía sobre una placa que se conectaba a una caja metálica cerrada donde estaba una muestra del paciente enfermo. Este es su esquema:


Con la muestra del paciente enfermo en la caja de muestras y el sujeto sano orientado convenientemente se iban golpeando determinadas partes del abdomen hasta encontrar la resonancia, mientras se movían los valores de las resistencias y de este modo se podía determinar la enfermedad y el grado de la misma en el sujeto de la muestra. Las zonas oscuras eran donde se percutía en busca de la reacción:


Tras este método de diagnóstico desarrolló una máquina de tratamiento para restablecer el equilibrio armónico de las frecuencias del cuerpo denominado “Oscilloclast”.  Las investigaciones y deducciones de Abrams tienen que ver con el aspecto energético y de frecuencias energéticas del cuerpo más que lo que su tiempo fue capaz de valorar, todavía queda por reconsiderar a este hombre y su obra.