En el complejo universo de las energías sutiles se requieren instrumentos que permitan comprobar que los dispositivos que se manejan producen algún efecto, aunque sea de modo indirecto. El electroscopio es un instrumento utilizado en física para medir la carga eléctrica de un objeto o del entorno, por lo que se puede utilizar para comprobar si los dispositivos de tipo energético tienen algún efecto real. Si bien las pruebas descritas no se pueden exponer como hechos científicos plenos, sí que permiten al investigador tomar consciencia de las repercusiones físicas de los aparatos tipo cloudbuster, orgonitas, cristales … Describiremos la construcción de un electroscopio en su versión clásica como en el modelo electrónico y algunas experiencias que se pueden realizar con él.
El versorium fue el primer electroscopio inventado por William Gilbert en 1600. Consiste en una varilla metálica con una lámina muy fina de metal que al cargarse y al acercarle un objeto cargado por la repulsión de las cargas del mismo signo hace que las láminas se separen, al alejar el objeto de la varilla, las cargas cambian de signo y las láminas se juntan. Un modo sencillo de hacer un electroscopio en casero consiste en un bote de cristal con tapa no metálica, que es atravesada por un alambre con forma de “L”, en la parte más corta de la misma se pone una lámina de papel de aluminio doblada al acercarle un bolígrafo que se ha frotado con lana se verá como las láminas de aluminio se separan.
También se puede construir uno electrónico, no requiere de muchos elementos y su construcción es muy sencilla. Se requiere un transistor FET 2N3819 o BF245A (nosotros empleamos este último), un condensador electrolítico 6,8 µF/25 Volt, una resistencia de 2,7 KΩ / ¼ vatio, un potenciómetro de 10 K KΩ, un interruptor, un clip para la pila de 9 voltios, un amperímetro 50 µA (o mayor, en nuestro caso es de 1 mA), una clavija hembra de audio mono de 3,5 y una placa perforada para soldadura. Además un alambre forrado, soldado a una clavija macho de audio mono de 3,5 que servirá como antena. Siguiendo el esquema y respetando el patillaje del transistor que se utilice no supone ninguna dificultad por poca experiencia que se tenga en montajes electrónicos. Soldar un extremo de la resistencia al positivo del condensador y de este punto de unión sacar una conexión a la patilla “s” del transistor y otra conexión a la entrada positiva del amperímetro, la patilla “d” del transistor se conecta con el polo negativo del condensador; al potenciómetro se suelda su patilla central a la conexión negativa del amperímetro, una de sus patillas se une a la conexión negativa del condensador y a su vez al polo negativo de la pila de 9 voltios; la otra conexión libre del potenciómetro al lado libre de la resistencia y de ésta al interruptor y a su vez al polo positivo de la batería. La patilla “g” del transistor se conecta a la clavija hembra de 3,5, donde irá la antena, asegurándose que es la misma conexión que se empleará al soldar el cable forrado a la clavija macho de 3,5; el cable debe de ser de unos 20 centímetros aproximadamente. Este dispositivo se ajusta con el potenciómetro y su sensibilidad es muy alta, siendo conveniente situar todo el conjunto en una caja adecuada.
Una vez terminado este dispositivo electrónico, se pueden realizar distintas experiencias con orgonitas u otros elementos. La más básica y fácil de comprobar es situar el electroscopio cerca de una fuente de estática como el televisor y acercando una orgonita se comprobará como la aguja retrocede en el caso del electroscopio electrónico o se cierra la hoja en el otro tipo de electroscopio tradicional, el efecto dura un tiempo. Lo mismo ocurre con un mini cloudbuster como el de la fotografía, si éste está conectado a un zapped se verá como en el primer momento hay un aumento ligero y después empieza a bajar hasta un determinado punto. También se observó que en algunos momentos con el detector táctil de dispositivos radiónicos al producirse la reacción de adherencia se ven variaciones en el electroscopio.
El electroscopio por sí mismo no permite medir las energías sutiles, pero sí el efecto de las mismas sobre los iones eléctricos, por lo que resulta una herramienta útil para todos los que investigan este tipo de fenómenos. Tampoco se puede con estas experiencias dar unas pruebas científicas, pero sin duda revela que algo ocurre, como han comprobado muchos investigadores sobre todo con orgonitas y aparatos eléctricos que generan estática (hornos microondas, televisores, etc…).