La vara vril y el cono de Cameron

Verne L. Cameron (1896-1970) es uno de los grandes investigadores de las energías sutiles, muy conocido por su “aurímetro” y por sus trabajos de radiestesia. Se interesó por las energías de las pirámides y de los conos, desarrollando unos dispositivos para redirigir la energía sutil o éter, muy poco conocidos y de los que apenas existen referencias. La vara vril recibe su nombre de la denominación de la energía que se utilizaba en la cultura germánica, de algún modo se podría decir que este diseño de Cameron es un antecesor de la “power wand”, se denomina de este modo a un tubo de cristal con un cilindro de hierro en su interior, envuelto con una espiral de cobre. Creemos de gran interés rescatar estos diseños ignorados durante tanto tiempo.


El cono de Cameron está realizado en aluminio, y está compuesto por múltiples lados en vez de ser totalmente circular, su diámetro es 56 cm de diámetro aproximadamente y de una altura de unos 25 cm, su extremo superior se corta para poder introducir un conector eléctrico común del que sale un cable que es enrollado en torno a un tubo de cristal que en su interior tiene un cilindro de hierro, este conjunto tiene unos 80 centímetros de largo y unos pocos de diámetro, el grosor del tubo y el cilindro no parece crítico. Las espirales se enrollan en torno al tubo con una distancia entre ellas de medio centímetro aproximadamente, si el arrollamiento se hace en sentido contrario a las agujas del reloj, la energía se proyecta al extremo conectado al cono.  El sujeto u objeto a cargar se sitúa en el extremo libre de la barra, si las espirales van en sentido contrario, descargará lo que esté frente a él. El cono se pone en una viga o pared a unos 2 metros del suelo, en teoría, absorbe la energía de la tierra, de algún modo se asemeja al concepto de ondas forma verticales. El cono se puede probar sin conectar con el alambre para experimentar los efectos de las energías telúricas.

Para hacer el cono se corta un disco de aluminio de unos 56 cm de diámetro, y con ayuda de un tubo se va doblando en ángulos rectos un poco suavizados, se recorta el sobrante y se suelda la pestaña que se ha dejado a propósito, el extremo superior se recorta y aplana para conectar una clavija al cable; se puede hacer un agujero en un extremo del cono para poder fijarlo a la pared a través de una alcayata a la pared. La forma final del cono es similar a la de un paraguas.  Según Cameron el alcance de la energía que proyecta por el extremo del tubo de cristal es de un alcance de decenas de metros. Varios conos se pueden conectar en serie a través del ápice, incluso combinar con pirámides metálicas. El cono funciona bien tanto si se sitúa apoyado en una pared como si está con su base hacia abajo. La energía que emiten los conos es similar a los rayos X, a las radiaciones ultravioletas y la infrarroja, por su capacidad de atravesar las paredes.


Un montaje alternativo de la vara Vril o Rayo de Cameron, está compuesta del cono de aluminio y la vara que anteriormente se ha descrito, pero insertando el tubo de cristal con el cilindro de hierro dentro de la estructura del cono. Debería ser sujetado con un paño o envolverlo con algún material aislante. 

Este diseño de Cameron es muy interesante como elemento constructivo para otros dispositivos tanto radiónicos como psiónicos. Según Cameron el cono en la pared creaba una cortina de energía y la vara vril proyectaba su energía como si de un caño se tratase. Hemos rescatado y adaptado está información que fue publicada en la revista “Bordelands” en el cuarto trimestre de 1996.