Los pulsadores magnéticos

La relación entre el magnetismo y la salud es estudiada en múltiples experimentaciones de
Laboratorio y sus posteriores aplicaciones, de hecho, se utiliza frecuentemente en centros de rehabilitación, sobre todo en traumatismos y dolores musculares. En sus distintas variantes es una ayuda a las terapias convencionales que va ganando terreno por sus ventajas y casi ninguna contraindicación, siendo un método que tiene una aceptación general y de una efectividad probada. Básicamente consiste en un generador de pulsos y una bobina. Hay múltiples diseños y planteamientos sobre cómo administrar tanto los tipos de pulsos como las frecuencias, cada desarrollador tiene sus propias ideas.

Los campos magnéticos a nivel celular estimulan los procesos relacionados con la asimilación de los nutrientes, favorece la multiplicación celular al estimular la síntesis de la energía que requiere el organismo para su funcionamiento, asimismo, acelera la producción de proteínas y de prostaglandinas que tienen efectos antiinflamatorios. En tanto a la acción bioquímica, la aplicación de campos magnéticos tiene efectos sobre elementos piezoeléctricos, sobre hueso y colágeno, favorece la disolución de distintas sustancias en agua, produce corrientes intra y extra celulares, y desvía las partículas con cargas eléctricas en movimiento. Además, hay un estímulo del flujo iónico, particularmente de los iones de calcio (Ca ++), del sodio (Na +) y potasio (K +); siendo esto importante cuando el potencial eléctrico de la membrana está alterado*. 

A continuación, se recogen los principales efectos de la magnetoterapia: Favorece la vasodilatación, se regula la circulación al producirse una vasodilatación arterial y, debido en parte al retorno venoso, aumenta la concentración de oxígeno en los tejidos. Ayuda a la fijación del calcio en los huesos y el colágeno, la relajación de los músculos y el efecto analgésico, tanto local como general. 

La lista de aplicación a trastornos en el organismo es muy amplia, enumeraremos aquí algunas de las más significativas: Psoriasis, verrugas, quemaduras y síntomas en la piel, dermatitis, cefaleas tensionales, insomnio, ansiedad, enfermedad de Parkinson, problemas de memoria, sinusitis, problemas respiratorios diversos, incluidas bronquitis, taquicardias, insuficiencias cardíacas, varices, úlceras varicosas, colon irritable, hemorroides, dolor de espalda, lumbalgias, osteoporosis, calcificaciones, impotencia masculina, infecciones urinarias, tanto masculinas como femeninas, cálculos en los riñones, frigidez, desarreglos de la menstruación, tanto por ausencia como por exceso, glaucoma, cataratas, úlcera de córnea, problemas de páncreas, cáncer, tumores benignos y para recuperación general tras un proceso quirúrgico. Como se puede apreciar la lista es amplia, no habiendo incluido todas las que distintos equipos de estudio recogen con resultados favorables. 

En tanto a las precauciones y contraindicaciones del tratamiento con campos magnéticos no se ha encontrado ningún efecto secundario o negativo, pero se recomienda tener un especial cuidado con mujeres embarazadas, con personas con marcapasos, con personas que lleven implantes metálicos (aunque el riesgo de calentamiento es mínimo), con enfermos con hemorragias o heridas hemorrágicas por el riesgo de agravarlas, personas que padezcan hipotensión debido a un riesgo de lipotimia o que padezcan enfermedades virales o micosis. 

El tiempo de exposición a los campos magnéticos puede variar de 15 minutos a 30 minutos e incluso una hora. Lo más recomendable son sesiones de 30 minutos, dos o tres veces por semana, hasta producirse la mejora. Entre 4 y 10 sesiones se ven los resultados.

Cuando se es sometido a tratamiento se suele experimentar un adormecimiento y la calidad del sueño mejora. Igualmente se puede experimentar un agravamiento de los síntomas, que tras algunas sesiones o con el paso del tiempo desaparecen.

Los imanes fijos suelen tener entre 1000 y 1500 gauss, se recomienda que los pulsadores magnéticos no superen los 100 gauss para tratamiento de todo el cuerpo, aunque para aplicar sobre zonas locales puede superar los 300 gauss. Los marcapasos modernos están preparados para soportar la acción 3 tesla lo que equivalen 30.000 gauss, aunque de todos modos se debe actuar con precaución.

Al margen del tipo de generador del pulso y de su potencia, hay múltiples diseños de bobinas, desde solenoides en donde se introduce todo el cuerpo o una parte del mismo, hasta módulos pequeños de tamaño diverso. Los campos aplicados pueden ser alternos o de Polaridad Fija (una cara Norte (-) y la otra Sur (+)). Los solenoides no tienen polaridad fija, en el interior se encuentras las 2 polaridades, mientras que los pulsadores con 2 módulos (bobinas) interconectadas permiten tratar tanto con pulso magnético positivo y negativo al mismo tiempo (efecto túnel) o solo un polo si se usa una sola bobina, según lo que se desea activar. Una aclaración, cuando se habla de polo norte y polo sur se refiere a polo denominado “terapéutico”, es decir, al que marca la brújula cuando es atraída por el imán. Los usos de un polo u otro dependen de las necesidades terapéuticas, aunque en principio es recomendable para propósitos generales el polo norte negativo, se pueden usar los dos polos contrapuestos al mismo tiempo para crear en el centro una especie de vacío magnético. 

Las cualidades que se le atribuyen a cada polo son:
Norte terapéutico: Es relajante, detiene los procesos nocivos para el organismo. Calma o suprime el dolor, aunque es efectivo en procesos inflamatorios. Produce una reducción del contenido ácido del organismo, detiene las infecciones y ayuda a cerrar heridas. El polo Norte detiene, contrae y frena procesos. En el polo norte el remolino de los electrones gira en sentido contrario a las agujas del reloj con una carga negativa, genera entropía negativa.
Sur terapéutico: Aporta vitalidad y energía al organismo, refuerza la acción de los componentes ácidos, acelera los procesos de maduración y propicia la producción de proteínas. Se suele indicar en caso de debilidades de todo tipo, desgarros musculares, fracturas de huesos y ligamentos, es apropiado también para los esguinces y la cicatrización de heridas, asimismo, para la rehabilitación general. El polo Sur acelera, expande y produce estimulación. En el polo sur el remolino de los electrones se produce en el sentido de las agujas del reloj, genera entropía positiva.

El equipo para uso de campos magnéticos pulsado, consta del módulo generador y de la bobina o bobinas, hay distintas características posibles que deben ser tenidas en cuenta:
- Intensidad magnética, se mide en gauss. No suelen tener una gran intensidad magnética, desde 15 gauss hasta 100 es lo habitual, algunos pueden alcanzar hasta los 300 gauss. No es necesario que tengan una gran intensidad de gauss para que el tratamiento sea efectivo.
- Penetrabilidad. Es la capacidad de atravesar el cuerpo o los objetos. A partir de los 30 cm es efectivo para cualquier uso, aunque el alcance va a depender de la potencia que el generador aporta a la bobina, la frecuencia a la que es pulsada ésta y el ancho de pulso de dicha frecuencia.
- Tipo de onda. Las ondas de la frecuencia que pulsa la bobina pueden ser básicamente de cuatro tipos: senoidal, cuadrada, triangular y diente de sierra. Las más usadas son la senoidal y la cuadrada. El tipo de onda viene dado por el tiempo que el pulso eléctrico positivo o negativo está activo. En la mayoría de estimuladores eléctricos se emplea onda cuadrada, como por ejemplo en los zapper, por lo que muchos pulsadores magnéticos utilizan este tipo de onda. 
- Frecuencia, es el tiempo que un pulso eléctrico está activo. Las frecuencias en los pulsadores magnéticos son muy importantes, pues se ha comprobado que hay distintas para cada uso, en muchos de ellos la frecuencia es fija, pero un buen equipo tiene que tener la posibilidad elegir la frecuencia manualmente o tener menús con frecuencias predefinidas para cada acción; si además tiene la posibilidad de hacer barridos de frecuencias para dar opción al organismo de que resuene con la correcta, en caso de no saber cuál es la más adecuada. 
- Ancho de pulso. El porcentaje de duración del pulso respecto a su amplitud total. Esto le aporta más intensidad o menos a la bobina.
- Frecuencia portadora. Es una onda que modifica algunos de sus parámetros por una señal de entrada para transmitir una información. En el aspecto del pulsador magnético es una frecuencia alta que contiene la frecuencia base, lo que le añade más cualidades al campo magnético generado. Hay discusión sobre si es necesario en este tipo de equipos o no, pero si contiene esta opción amplia las posibilidades.
- Gate: En inglés es “puerta”. Interrumpe temporalmente el flujo de carga a la bobina, esta opción también se ha incorporado últimamente a los zapper, pues evita que el organismo se acostumbre a la frecuencia a la que está siendo sometido. 
- Bobina. Es la encargada de generar el campo magnético. Consiste habitualmente en un arrollado de cable conductor o una placa de circuito impreso. Hay muchas versiones y combinaciones. Puede ser un solenoide donde introducir el cuerpo entero o algún miembro, dos bobinas (en algún tipo de contenedor con la forma adecuada) que se sitúan a ambos lados de la zona afectada o se pone solo uno de los módulos según el caso. La bobina puede también estar situada en una camilla para abarcar todo el cuerpo. Lo más habitual en los equipos domésticos es un pequeño modulo que se sitúa en la zona afectada. Es mejor disponer en la mayoría de los casos de dos bobinas con polaridades contrapuestas.

En resumen, la terapia de pulsos magnéticos es sumamente efectiva para tratar múltiple variedad de problemas, pues reactiva el organismo a distinto niveles. Aunque este tipo de terapias tienen un origen dilatado en el tiempo, en los últimos años cada vez más la medicina oficial las está aceptando, pues los estudios son irrebatibles. A nivel de terapeutas independientes y de usuarios particulares supone un instrumento fácil, directo y efectivo. Se recomienda que el equipo sea relativamente portable, con dos módulos de bobina magnética que permitan ser configurados con polaridad contrapuesta y con un generador que admita opciones tales como lista de frecuencias para cada caso, posibilidad de introducir la frecuencia manualmente, hacer barridos y, en definitiva, la mayor cantidad de opciones de configuración posible.

* Las informaciones sobre los efectos a nivel de biológicos están extraídos del trabajo publicado como “Efectos y aplicaciones de la magnetoterapia” de los doctores Jorge E. Martín Cordero y José A. García Delgado.