En 2017, el buscador de minerales Erik Rintamaki encontró una roca con cualidades peculiares en la Península Superior de Míchigan. Su nombre, "yooperlita", rinde homenaje a los habitantes de la región, conocidos como "yoopers". Este mineral, de reciente descubrimiento, posee propiedades físicas singulares que han despertado gran interés entre los investigadores de la energía del reino mineral, especialmente por su fluorescencia.

La fluorescencia de la yooperlita se debe a las impurezas de la sodalita, particularmente a los iones de azufre, lo que la hace especialmente singular en los ejemplares encontrados en Míchigan. Su dureza oscila entre 5,5 y 6 en la escala de Mohs. Se trata de una roca de origen ígneo, abundante en la zona de su descubrimiento, aunque también puede hallarse en otras partes del mundo.
Desde el punto de vista energético, la yooperlita presenta cualidades interesantes tanto para uso personal como en emisores radiónicos como elemento de influencia. No obstante, debido a su reciente hallazgo, sus propiedades y aplicaciones aún no están totalmente definidas ni consolidadas. Estas son algunas de las atribuciones más reconocidas hasta el momento:
Asociación con los chakras: Principalmente se vincula con el quinto chakra (Vishuddha), relacionado con la garganta, al igual que la sodalita (su componente principal). Algunos estudiosos también la asocian con el séptimo chakra.
Facilita la comunicación: Favorece la expresión personal, las relaciones humanas y la manifestación de la identidad sin temor a las críticas, siempre desde el respeto hacia los demás.
Potencia la intuición: Es recomendable llevar un fragmento de yooperlita al realizar prácticas radiestésicas o adivinatorias. En pruebas con péndulo sobre diagramas, su presencia junto al testigo puede influir en los resultados.
Es posible recargar el potencial energético de esta roca enterrándola unos días en tierra, teniendo la precaución que no sea en un punto geopatológico.
Los instrumentos válidos para emitir su influencia reguladora incluyen equipos escalares (para acción directa sobre personas) o el uso de testigos (para efectos remotos). El emisor Akimov, en particular, ha demostrado ser eficaz para cargar entornos con esta roca.
El magnetrón 3d es un instrumento sencillo que permite mantener durante un largo tiempo la emisión sobre un testigo.
Respecto a gráficos activos, aunque cualquier diseño puede utilizarse con este mineral, el decágono clásico ofrece resultados excepcionales. Otro gráfico emisor interesante para trabajar con la yooperlita es la conocida como "lápida templaria". La activación con el péndulo no es necesaria, pero sí conveniente.