Fue un investigador que trabajó para IBM y que utilizó sus conocimientos sobre electrónica en el manejo de las energías sutiles, especialmente con los cristales de cuarzo, ideando un tipo de corte que potencia sus cualidades y que lleva su nombre. Nació en 1917 y murió 1991, amigo de George De la Warr, fue el último poseedor conocido de la cámara fotográfica radiónica con la que realizó numerosos experimentos.
Profesionalmente realizó estudios sobre la luminiscencia, llegando a crear su propia compañía en la que comercializó distintos productos, tales como: fluorescentes crayones, etiquetas para insecticidas y los colores psicodélicos. Tras vender la compañía entró a trabajar a tiempo completo para IBM en donde obtuvo 34 patentes durante su labor en dicha compañía, siendo su área de investigación la tecnología de los cristales líquidos, del magnetismo y de fósforo. Se retiró en 1984, dedicando su tiempo a la investigación psíquica, la energía universal y en especial al campo de los cristales de cuarzo, fundando el instituto sin ánimo de lucro denominado "Psychic Research Inc.”
Analizó una muestra de metal que se la dio Billy Meier de supuesto origen extraterrestre y se quedó maravillado al ver tenia elementos inusuales entre ellos el tulio, también se interesó por el llamado efecto Backster, que trataba de registrar a través de galvanómetros respuesta en las plantas ante acciones y pensamientos humanos, defendiendo que los vegetales actúan como traductores de los campos bioenergéticos de la mente humana. Cuando murió George De la Warr, Vogel se quedó con la máquina de fotografía radionica, que tras el fallecimiento de este último terminó por desaparecer; siendo el ultimo que se conozca capaz de producir fotos con dispositivos radiónicos como lo hicieron anteriormente George De la Warr o Ruth Drown.
El auténtico campo de investigación en donde se movió Vogel fueron los cristales cuarzo y su influencia e interrelación con la mente humana. Al trabajar con cristales líquidos comprobó que el pensamiento afectaba en la forma final del mismo, pues defendía una sintonía entre la vibración de la mente y la estructura perfecta de los cristales. Haciendo un orificio dentro del cristal de cuarzo, introducía en él el medicamento o remedio, para que el efecto se transmitiese a la persona doliente. Veía los cristales de cuarzo como un instrumento capaz de concentrar las frecuencias emitidas por la mente humana y de amplificarlas, por ejemplo para cargarlo o programarlo con un sentimiento basta con sujetarlo en la mano dominante, coger aire, concentrarse en el sentimiento a transmitir y exhalar al tiempo que se siente que la vibración es recogida y liberada al contacto con la persona o sustancia a cargar. Sobre como limpiar los cristales de influencias externas también tenía su propio método, pues no estaba de acuerdo con el habitual entre los investigadores psíquicos de sumergirlos en agua y sal, ya que consideraba que rayaba la superficie de los mismos, él prefería sostenerlos en la mano mientras se encomendaba a fuerzas superiores o trascedentes, inhalaba aire por la nariz concentrándose en la intención de limpiar el cristal y exhalar el aliento por la nariz sobre el mineral a fin de eliminar cualquier carga negativa.
Creó un tipo de talla del cristal de cuarzo que lleva su nombre, consistente en 4 facetas
cóncavas entre varias facetas normales, en su extremos opuestos lleva dos terminaciones, una masculina y otra femenina de 24 caras cada una. De este modo se obtiene la integración de 4 caras con las 24, aunque lo que incrementa sus cualidades energéticas son sus facetas cóncavas. Probó con todo tipo de talla, de 8 lados, de 16 caras, de 32 caras e incluso el equipo de Vogel posteriormente a su muerte logra hacer 88 caras. La capacidad de poder programar energéticamente el cristal de cuarzo al estar tallado de este modo se incrementa notablemente. Como el agua y los cristales minerales tienen cierta similitud, Volger aprovechó la capacidad de programación de los cristales para transferir su potencial al agua, con similares conclusiones a las de Dr. Masaru Emoto. Desarrolló un sistema con un cristal tipo Vogel programado en donde circulaba el agua en torno al mismo a través de un sistema de tubo, tras varias pasadas por el circuito se comprobó con ayuda de un magnetómetro especial cambios en el agua.
cóncavas entre varias facetas normales, en su extremos opuestos lleva dos terminaciones, una masculina y otra femenina de 24 caras cada una. De este modo se obtiene la integración de 4 caras con las 24, aunque lo que incrementa sus cualidades energéticas son sus facetas cóncavas. Probó con todo tipo de talla, de 8 lados, de 16 caras, de 32 caras e incluso el equipo de Vogel posteriormente a su muerte logra hacer 88 caras. La capacidad de poder programar energéticamente el cristal de cuarzo al estar tallado de este modo se incrementa notablemente. Como el agua y los cristales minerales tienen cierta similitud, Volger aprovechó la capacidad de programación de los cristales para transferir su potencial al agua, con similares conclusiones a las de Dr. Masaru Emoto. Desarrolló un sistema con un cristal tipo Vogel programado en donde circulaba el agua en torno al mismo a través de un sistema de tubo, tras varias pasadas por el circuito se comprobó con ayuda de un magnetómetro especial cambios en el agua.
La gran aportación de Marcel Vogel al estudio de las energías sutiles es la de dar una base científica, sobre todo en lo relacionado con la vibración de ser humano y como los cristales de cuarzo pueden canalizarlas para producir la curación. Esto solo ha sido una breve introducción al inmenso trabajo de este gran pionero, científico o investigador de las vibraciones más sutiles.