En la década de 1970 el doctor Paul Nogier desarrolló siete frecuencias que son reconocidas por el cuerpo y entra en sintonía rápidamente, por lo que son utilizadas en medicina desde entonces para distintos modos de tratamiento. Nogier nació en Lyon en 1908, hijo de un profesor de medicina en la facultad de dicha ciudad; estudió medicina, acupuntura, homeopatía y manipulación de la columna vertebral, investigó un pulso para el diagnóstico que lleva su nombre, murió en su ciudad natal en 1996. Son utilizadas las frecuencias Nogiers tanto para el diagnostico como para la sanación de dolencias, pudiendo ser administradas por distintos dispositivos como láseres, generadores de frecuencias, o cualquier tipo de estimuladores directos o indirectos. Su uso más conocido es en aurículo-medicina.
Según Nogier las enfermedades se producen cuando las células, moléculas o partículas de materia se desajustan de su patrón de resonancia de vibración natural o patrón propio. Cuando se somete las células repetidamente al patrón de vibración que le corresponde, estás se ajustan y sanan. Al principio de sus investigaciones sometía a los pacientes a unas frecuencias empleando un generador, y así descubrió tres patrones de frecuencias a los que los sujetos respondían, más adelante descubrió cuatro otros patrones más sutiles. Estas frecuencias son octavas de la nota DO en sistema musical internacional. Todas las células del cuerpo que se derivan de los tres estados embrionarios de los tejidos (ectodermo, endodermo y mesodermo) y estos responden a unas frecuencias de resonancia.
Se dio cuenta que tomando los pulsos por el sistema chino, los pacientes respondían a un elemento de color que sostuviesen en su mano, más adelante empezó a probar con filtros de color para tal fin. Cuando viajó a Estados Unidos donde los Acupuntores veterinarios utilizaban led en sus tratamientos lo incorporó a su sistema y allí empezó a utilizar impulsos luminosos de color; tras 15 años de experimentación agrupó sus conclusiones en siete grupos de frecuencias.
Los siete grupos son:
Frecuencia A: 292 Hz. Es la frecuencia del ser vivo en estado primitivo o embrionario. Restablece el equilibrio hormonal y celular. Es utilizada para cicatrización, en casos de inflamación, edemas y todo lo que requiera una regeneración celular primaria, como infartos, problemas reumáticos, afecciones reumáticas y alergias. Rige la inflamación.
Frecuencia B: 584 Hz. Se relaciona con el aparato gastrointestinal primitivo y el sistema nutricional. Es empleada para la sedación en los puntos de acupuntura, para los problemas de digestión por lentitud o mala asimilación, así mismo tiene relación con las vísceras y el sistema endocrino. Rige la nutrición.
Frecuencia C: 1.168 Hz. Está relacionada con el movimiento en el cuerpo, tanto en las partes motoras, las extremidades, el tracto genital y el sistema renal. Se utiliza para tonificar los puntos de acupuntura, para suavizar el parkinson, el bloqueo o congestión de órganos, y estimula la dopamina. Rige el movimiento.
Frecuencia D: 2.336 Hz. Relacionada con los niveles superiores de organización, pues afecta a órganos aparentemente solitarios pero anatómicamente simétricos, como los hemisferios cerebrales o el cuerpo calloso, por lo que se emplea para tratar problemas de lateralidad. Es la frecuencia que permite tratar problemas neuronales y psicológicos, ya sean bloqueos o traumas de cualquier índole, como ansiedad, depresión. Así mismo tiene que ver con cuestiones de aprendizaje y lateralidad. Rige la conexión de estructuras y sistemas.
Frecuencia E: 4.672 Hz. Es la frecuencia de la medula espinal y del sistema nervioso central, tiene que ver con el instinto y el sistema reptiliano. Relacionado con la primera cervical, se utiliza para tratar trastornos neurológicos, afecta a todo lo relativo al pánico y la supervivencia. Rige el instinto.
Frecuencia F: 73 Hz. Relacionada con las regiones cerebrales subcorticales, es la estructura cerebral de los animales superiores, mamíferos por ejemplo. Los procesos emocionales se dan bajo esta frecuencia, se utiliza para tratar conflictos del inconsciente, así como en el sistema inmunológico, hipotálamo y amígdalas. Rige lo emocional.
Frecuencia G: 146 Hz. Es la que resuena con la corteza cerebral, lo que nos hace propiamente humanos, que nos hace capaces de pensar, crear e imaginar. Es apropiada en problemas de baja autoestima y temores en general, así como los problemas de dolor central en el neocótex, dolores crónicos y cansancio intelectual. Rige lo racional.
Aparte habría una frecuencia universal o también llamada “U” que sería útil para desintoxicar y que estaría en 1,14 Hz, afecta a todos los procesos celulares y biológicos donde intervengan agentes externos o desequilibrantes.
Las siete frecuencias Nogiers son utilizadas sobre todo a través de láseres o impulsos lumínicos, pero parten de una octava de frecuencias que tienen igual uso, pues corresponden con armónicos de las mismas.
La “U” que es de 1,14 Hz.; teniendo un uso idéntico a las descritas anteriormente al multiplicar la frecuencia universal sucesivamente por 2 darían como resultado:
A = 2,28 Hz.
B = 4,56 Hz.
C = 9,125 Hz.
D = 18,25 Hz.
E = 36,5 Hz.
F = 73 Hz.
G = 146 Hz.