Jean de la Foye desarrolló un instrumento para el diagnóstico y emisión de los colores del espectro, tanto de los del meridiano eléctrico como del magnético. Se trata de un círculo de madera con una aguja de cobre en forma de “L” que sirve para marcar el grado correspondiente al color del espectro, suele tener 30 cm de diámetro, aunque en desarrollos posteriores puede ser más pequeño. Está orientado al norte por su grado 0 y en el grado 180 se pone el testigo a indagar o influenciar, y como es corrector no provoca efectos negativos en caso de tratamientos inadecuados. Es un instrumento muy fácil de realizar y de gran utilidad, tanto en su versión original como parte del desarrollo de otros elementos emisores de onda forma.
Este radiestesista tenía una influencia cabalística muy importante, por lo que su interpretación de los colores radiestésicos y de la energía de la onda forma está basada en la gematria hebrea, es decir, al valor y cualidades de las letras de este alfabeto. El espectro de colores lo planteó de acuerdo al tetagrama que es el nombre de Dios, representativo de la trinidad; la palabra YHWH (יהוה) posee los valores de 1 o 10 para la letra Yod (Y, י), indicativo del Padre, la letra He (H, ה) con un valor de 5 es indicativo del Espíritu y la letra Vav (W, ו) con un valor de 6 representa al Hijo. La letra Yod se encontraría a 180º en donde la radiación es Verde positivo magnético, la Vav puntuada (ׄו) emitiría una radiación sobre el aura a 40º del Norte y a 320º, la He emite negro eléctrico a 105º. El estudio de las radiaciones y sus correspondencias cabalísticas requiere un estudio y comprensión detenido. De la Folle dedujo los 24 colores probando con un imán, posteriormente con el péndulo poniendo una aguja de cobre en forma de “L” en un disco de madera orientado al norte realizó la disposición de su instrumento; se asemeja a la filosofía que inspira la técnica de los gráficos de Malcom Rae y del Doctor Papel.
Su construcción es sencilla, pues se trata de un círculo de 30 o 15 centímetros de diámetro en el que se han inscrito los grados y colores del espectro eléctrico y magnético, con una aguja en forma de “L” de cobre u otro material insertada por su lado más corto. El lado de la aguja se mueve al color a emitir. Puede ser de cartón o madera, y si bien parece ser que el tamaño o material de la aguja no es crítico, tiene más potencial cuanto mayor es la masa del disco. Se orienta al norte en su grado 0 y se sitúa el testigo a influenciar en un soporte o imán a unos pocos centímetros de distancia en el grado 180, que corresponde a Verde + magnético. Como su potencia no es muy grande se puede amplificar uniéndole una espiral o bobina de cobre con el final de la aguja a través de un cable, en vez de la espiral se puede hacer pasar por una pila radiestésica u otro generador de ondas forma, como una pirámide; también se pueden usar imanes para amplificar su efecto. Este es el gráfico a inscribir en el disco en su versión clásica de la Foye en tinta negra y en su versión en color:
Los colores van divididos en su doble aspecto, tanto en el espectro magnético o eléctrico, siendo doce en cada sector: Verde Positivo (V+), Azul (Az), Índigo (I), Violeta (Vi), Ultravioleta (Uv), Blanco (B), Verde Negativo (V-), Negro (Ne), Infrarrojo (Ir), Rojo (R), Naranja (Na) y Amarillo (Am). El grado 320 se utiliza para limpiar de toda influencia, tanto externa como por la necesidad de neutralizar cualquier efecto. El Este es el hemisferio o fase eléctrica y el Oeste el magnético.
Para diagnosticar que color se debe influenciar, se puede realizar tanto a través de un gráfico típico de los utilizados en radiestesia para tomar decisiones como con el propio disco. El color a proyectar se determina con el grafico y se obtiene moviendo muy lentamente la aguja mientras se sostiene el péndulo sobre el grado 180 a espera de que indique con el acuerdo convencional cual es la posición adecuada, el testigo se encuentra en su posición correcta para su irradiación, es decir, en el extremo fuera del disco. Para determinar el color con un gráfico de decisiones como el que reproducimos, se coloca el péndulo en el centro del mismo y se le pide que se incline por una de las dos mitades y por un color determinado, el testigo se encuentra en el centro del gráfico. No hay peligro de efectos negativos tanto por el exceso de exposición como porque la elección del color no sea la adecuada, pues cesa la emisión si hay sobresaturación.
Con orientarlo al Norte magnético en el grado 0 es suficiente, aunque algún autor sugiere que la posición sea respecto al Norte “forma”, que depende de la latitud y longitud del lugar, lo que da la declinación magnética. Por ejemplo para Madrid que está a 4º 2´ 5´´ Oeste y 39º 54´ 0´ Norte lo que da es una declinación 1º 10´Oeste, por lo que este valor habría que restarlo de 360, siendo el grado 359 donde estaría el Norte, y si el resultante por la localización del lugar es al Este, se debería sumar. Es decir al Oeste el lado magnético y al Este el eléctrico. Por lo que en nuestro ejemplo hay que apuntar el grado 359 o 358 al Norte, y si fuese al Este, por ejemplo 10º se apuntaría el grado 10 al Norte. En España se puede utilizar la página web del Instituto geográfico Nacional y a nivel mundial aquí. Se deja actuar sobre el testigo el tiempo determinado por radiestesia, aunque no hay peligro en que esté actuando durante días, pues como hemos indicado antes, deja de emitir si hay sobresaturación.
El disco ecuatorial es un instrumento muy interesante de trabajar, permite explorar el campo de la influencia a través de los colores y resulta un elemento constructivo muy valioso para el diseño de dispositivos de onda forma. Todo practicante de radiestesia y psiónica debería disponer de algunos de ellos, ya sea realizándolo uno en cartón mismo empleando los gráficos o adquiriéndolo ya hecho en madera.