Uno de los instrumentos importantes en la historia de la radiónica es el “Calbro Magnowave”, tanto por sus innovaciones técnicas que marcarían el diseño de los instrumentos posteriores, como por el hecho de que fue dirigido a un público más grande que sus predecesores. Una de las versiones sobre el origen de la palabra “radiónica” es el que fue propuesto a finales de la década de 1920 durante una convención de usuarios de este aparato, en el mismo acto se creó la “Asociación Internacional de Radiónica” que mantuvo su existencia durante décadas. Aunque seguía la línea de los primeros instrumentos radiónicos como el “Pathoclast” y el “Radioclast”, el fabricado por la compañía “Calbro Magnowave Inc.” y denominado “Hemodimagnometer / Dimagnometer” tenía unas características propias muy particulares que lo hacían único e innovador para su época.
Fue diseñado por la compañía con cuyo nombre se conoció popularmente, la palabra “Calbro” proviene de los apellidos de los fundadores, dejando en primer lugar el de “Cal” y añadiendo el “bro” de Broson. Se vendieron más de un millar de estos instrumentos a lo largo de todos los Estados Unidos desde los primeros años de la década de 1920 hasta mediados de la de 1930, siendo el primero en hacerlo y de algún modo se convirtió en un instrumento conocido.
Mientras que el “Osciloclasto” de Abrams utilizaba una serie pequeña de onda corta para el tratamiento, el Calbro Magnowave se servía de uno de los lados activos de la corriente eléctrica domestica (110 v), que iba conectado a la línea de diales de tratamiento. Es poco conocido que se puede obtener electricidad utilizando solo el lado activo de un flujo de corriente alterna, como lo obtenido de este modo es extremadamente bajo en magnitud, no altera la energía propia del ser humano, siendo una onda portadora ideal para los valores de los tratamientos radiónicos introducidos a través de los diales.
Este instrumento contaba con 4 filas de 6 diales cada una, arrojando un total de 24, lo que le permitía más tipos de sintonías o tasas que ningún otro de su época. Un dial general permitía el ajuste o afinación de la máquina para el operador especifico de la misma. Contaba con una placa de frotamiento o detector táctil que se calentaba eléctricamente para hacer más fácil la detección. Aparte del depósito para la muestra del paciente, se podía colocar una muestra del remedio, medicamento o elemento toxico, para valorar qué efectos producía sobre el órgano del paciente o sobre su salud en general. Fue el primero en disponer de un sistema de limpieza de tasas, con un botón que al ser pulsado dejaba la maquina despejada de las influencias o frecuencias del anterior paciente para poder realizar el análisis y tratamiento del siguiente.
Fue también el primero en incorporar un sistema de sintonización igual para el diagnóstico, como para el tratamiento, esto hizo que se abriese una gama nueva de tipos de tratamientos y que el sistema radiónico alcanzase mayor rapidez y efectividad. Otra característica importante de este instrumento es que permitía personalizar las tasas de tratamiento, de este modo se ajustaba la tasa vibratoria necesaria, lo que le dio una mayor efectividad en el tratamiento.
En primer lugar se determinaba a través del detector táctil los órganos que tenían que ser tratados y el tipo de condición-enfermedad que padecía el paciente, lo que se vino a llamar en términos radiónicos “localización”; posteriormente se pasaban a los diales de tratamiento que se iban ajustando uno a uno para neutralizar la condición de la enfermedad en el órgano en cuestión, lo que se vino a llamar “tendencia”. El uso de tasas de tratamiento personales es la gran innovación de este equipo, que le dio una efectividad nunca vista hasta entonces y abrió una nueva perspectiva a la radiónica.