Desde finales de los años 90 del siglo pasado, se ha venido desarrollando unas pulseras y posteriormente otros tipos de objetos realizados usualmente en cobre, a los que se atribuyen cualidades energéticas. Slim Spurling trabajó en estos llamados anillos tensores basados en determinadas medidas o “codos” que se consideran sagrados y que corresponden con una determinada longitud de onda en la gama de mega hercios. Aunque inicialmente eran anillos grandes y figuras esféricas compuestas de dos hilos de cobre trenzados de unas medidas concretas, se han desarrollado en múltiples diseños como “trikeles”, nudos con el signo del infinito o diademas. Los anillos tensores emiten armónicos de las ondas gravitacionales según algunos investigadores. Es muy interesante conocer su fundamento pues son elementos de fácil realización que pueden ser aplicados a diseños de máquinas radiónicas o psiónicas.
Un anillo tensor es básicamente un trozo de alambre del doble de una determinada medida o codo tradicional doblado por la mitad y retorcido, uniendo sus dos extremos con el mismo correspondiente. Al cerrar el circuito hay una cancelación de los campos electromagnéticos, que según Spurling crean una columna de energía. Para el astrofísico Hans Becke, cuando una bobina opera como circuito cerrado la energía empieza a fluir creando un campo específico que anula las leyes de la física convencionales, esto tiene que ver con los llamados “campos de torsión”. Un alambre retorcido
de una medida cualquiera no genera ningún efecto, para que se produzca un efecto energético debe mantener una medida en relación con los denominados codos tradicionales o “cubit” en inglés. Existen distintos codos explorados por Spurling, se hablan de 19 tipos distintos, aunque según los herederos de este investigador llegó a identificar 64. El codo Real que es el que Spurling utilizó inicialmente, corresponde a la medida utilizada en la Gran Pirámide de Giza, que son 52,5 cm y corresponde con los 144.000 Hz, un armónico de la velocidad de la luz. Posteriormente identificaron el llamado “codo largo” o “codo perdido” con una longitud de 59.69 cm, que produce una frecuencia de resonancia de 177.000 Hz. No es necesario que tenga el alambre la medida total completa, pueden hacerse con armónicos de esta medida, es decir con 1/2, 1/3, 1/4 o 1/8.
Las medidas más utilizadas de los codos son:
99,8554 cm, 333.000 Hz.
196,9982344 cm, 764.000 Hz.
73,3 cm, 188.000 Hz.
59,69 cm, 177.000 Hz. Codo Perdido.
52,5 cm, 144.00 Hz. Codo Real.
La unidad de Teotihuacán estándar tiene 105,94 cm.
El codo galáctico tiene 61,8728 cm, al que se le atribuye la cualidad de depurar el ADN y tiene la peculiaridad que en el anillo se unen los polos opuestos.
Las cualidades que se le atribuyen a los anillos tensores son: aumenta la vitalidad de quien lo lleva, revitaliza a las plantas y favorece su crecimiento, depura el agua y le da una “coherencia” a las moléculas cargándolas de energía. Cuando se llevan encima o se colocan durante un cierto tiempo (15 minutos) alivia dolores musculares en las muñecas, los pulgares y los hombros, relaja muscularmente eliminando la tensión o rigidez y parece efectivo para eliminar las inflamaciones. Neutraliza las energías electromagnéticas y telúricas, se suelen utilizar para anular la influencia de una línea de Curry o Hartmann. Amplifica las energías sutiles, añade potencia a los distintos instrumentos energéticos, tales como: pirámides, cuarzos, maquinas radiónicas, etc.
La forma más sencilla es con dos trozos de hilo de cobre de la medida del pie deseado, por ejemplo, del codo Real (52,5 cm), unirlos y retorcerlos en forma espiral; un taladro puede ayudar a hacerlo de un modo más fácil y rápido si el alambre es grueso. Se sueldan un extremo con el suyo correspondiente, salvo en el caso del codo galáctico, que se sueldan los extremos contrarios para generar un efecto distinto de renovación continua. Cualquier metal es útil para hacer los anillos tensores, aunque se debería de tener en cuenta las cualidades de estos según el efecto buscado. Aunque se realiza a la medida adecuada con un alambre del doble de la requerida doblado, y posteriormente se retuerce, algunos investigadores sugieren tomar la medida con el alambre ya retorcido. A veces se utiliza alambre plano en vez de cilíndrico.
Se utiliza llevándolo como pulsera, como anillo o situando un objeto encima o en el centro del mismo. También se puede rodear un cuarzo o gema con este alambre trenzado para incrementar su potencia. También se le puede aplicar unos auriculares para emitir una frecuencia e intensificarla a través de los anillos tensores o las figuras que mantienen la proporción de algunos de los codos empleados.
Utilizando las medidas de los distintos codos se pueden realizar no solo anillos, sino también espirales simples o dobles o triples como el conocido “trikele” de la tradición celta. En estos casos se utiliza un solo cable, a estas figuras se le llaman “masculinas” tienen cualidades activas; en contraposición se le denomina “femeninas” cuando se utilizan tres hilos trenzados. El trikele o espiral de vida puede ser utilizado de distintos modos: para energizar un líquido basta con ponerlo encima de la botella, para favorecer el crecimiento de una planta solo hay que colgarlo en ella, para limpiar un mineral se introduce en agua junto con el trikele y se deja toda una noche.
Si el anillo tensor da unas mediciones espectaculares en la escala de Bovis, la experimentación radiestésica con cuarzos y trikele resulta muy curiosa de hacer, pues se comprueba fácilmente las líneas de fuerza que arrastra al péndulo de un modo palpable. Es útil para la investigación de las energías sutiles tener distintos juegos de anillos y trikeles, como elemento para potenciar y dirigir las energías.
Existen muchas versiones y modelos comerciales, basándose en dos hilos metálicos retorcidos y en los codos tradicionales, se pueden encontrar en forma de joyas con todo tipo de añadidos; pero resulta más enriquecedor hacerlos uno mismo. Se patentó en Estados Unidos con el numero: US 2009/0040122 A1.